Steve Van Zandt, alias Little Steven, es icónico como pocos. Un pañuelo, un abrigo... y un sonido salvaje que hace bailar hasta al más moíno.
En su concierto del pasado 11 de julio en Noches del Botánico desde luego lo logró, tanto a mayores como a jóvenes. Porque puede que la carrera de este rockero de la vieja escuela comenzase en la década de los 70 - a sus tiernos 20 años -, pero a lo largo de los años ha sabido mantenerse en el candelero y ganar adeptos en las nuevas generaciones.
Y lo ha conseguido tanto de la mano de su 'Boss', el gran Bruce Springsteen, con el que comparte camino desde hace varias décadas en la E Street Band, como con su propio proyecto e incluso con un papel principal como mafioso en la aclamada serie Los Soprano.
No hubo lugar para el descanso. Sobre el escenario, Little Steven y The Disciples of Soul golpeaban con un despliegue instrumental que convertía cada uno de los temas en una fiesta atronadora. Un combo de vientos, percusión poderosa, voces brutales a los coros... Más de una decena de músicos sobre el escenario dieron vida a sus clásicos del rock and roll, versiones, y también temas de 'Soulfire', el último disco del compositor, cantante y guitarrista. Hubo incluso un invitado sorpresa de excepción, el finlandés Michael Monroe - vocalista de Hanoi Rocks -, que se subió al escenario para cantar 'Dead, Jail or Rock 'n' Roll' junto a su amigo y electrizar a todo el público con su aporte extra de energía.
Los tiempos quizás han cambiado, pero el saber hacer de este maestro del rock permanece. ¡Larga vida a Little Steven!