Nunca imaginaron que llegarían a conquistar los gustos de millones de personas en todo el planeta, y menos antes de cumplir los treinta años. El australiano Vance Joy y la norteamericana Sammy Rae Bowers han protagonizado dos enormes historias de éxito, propulsados por su particular asimilación de estilos de la música popular del siglo XX desde una sensibilidad rabiosamente contemporánea.
El enorme éxito de una canción, “Riptide” (2013), puso al australiano James Gabriel Keogh (ese es su nombre real) en el mapa internacional del pop: dos mil millones de reproducciones en Spotify adornan aquel single, temprana muestra de un folk pop pegadizo y con enorme proyección comercial, un lenguaje en el que el cantante y compositor de Melbourne se ha doctorado con éxito, porque son más de dos millones de álbumes físicos los que también ha vendido en todo el mundo. Una barbaridad. Operando en coordenadas similares a otros folk singers como Ed Sheeran, Kaleo o Hozier, Vance Joy ha publicado tres álbumes de estudio: “Dream Your Life Away” (2014), “Nation Of Two” (2018) e “In Our Own Sweet Time” (2022). Y un reciente directo, “Live Sidney At The Opera House” (2023), que es la pista más fiable para orientarnos ante lo que puede hacer en Noches del Botánico este ferviente admirador de Savage Garden, Ben Folds Five o Metallica.
La desbordante vitalidad que emana de cualquier concierto de Sammy Rae & The Friends tiene, por fin, traducción a los surcos de un disco con material nuevo en este 2024, avalado por el fantástico single “Coming Home Song”. Todo lo que plasmaban en el torrencial directo “The If It All Goes South Tour (Live)” (2023) y en el EP “The Good Life” (2018), por fin tiene continuidad discográfica. Era de justicia. Se esperaba. Porque la propuesta liderada por la norteamericana Samantha Rae Bowers (treinta años) es una de las mejores fusiones imaginables entre el júbilo del gospel y el funk, el poder narrativo del folk rock y la elegancia del mejor jazz. No es de extrañar que Paul Simon, Bob Dylan o la E Street Band se citen entre sus influencias. Es la mejor música popular de siglo XX condensando sus cualidades de forma que suene como si la hubieran inventado hace dos días. Un directo imprescindible.