Son escoceses, pero no pueden sonar más norteamericanos. Se hicieron llamar Texas siendo de Glasgow, pero Sharleen Spiteri siempre ha reconocido a Marvin Gaye, Fleetwood Mac o Bob Dylan entre sus músicos predilectos. Incluso el mítico Spooner Oldham ha grabado con ellos su último trabajo en Muscle Shoals.
Fue la película de Wim Wenders, “París Texas” (1984), con banda sonora de Ry Cooder, la que los animó a bautizarse como Texas en 1985. Prueba de que la banda de Glasgow quería emular a sus ídolos. A algunos de los grandes nombres del rock and roll, el soul y el folk rock norteamericanos. Lo consiguieron muy pronto, con un debut (“Southside”, 1989) que incluso en España llegó a vender más de un millón de copias. Le sucedieron “Mother’s Heaven” (1991), “Ricks Road” (1993), “White On Blonde” (1997), y “The Hush” (1999), orlados de canciones tan exitosas como “I Don’t Want A Lover”, “Say What You Want”, “Summer Son” o “Black Eyed Boy”, banderines de enganche para que 35 millones de almas compraran en algún momento alguno de sus discos a lo largo y ancho del globo. El quinteto comandado por Sharleen Spiteri se ha labrado una infatigable y provechosa carrera de más de 35 años, cuyo último capítulo es la grabación de algunos de clásicos (propios y ajenos) en los legendarios estudios Muscle Shoals de Alabama, junto al histórico Spooner Oldham.