Los grandes espectáculos de música electrónica a nivel mundial no serían hoy en día lo que son sin la enorme influencia de Jean - Michel Jarre, legendario pionero en el arte de combinar la magia de los sintetizadores con el arte multimedia de vanguardia.
Pensar en cualquiera de los grandes artistas del pop electrónico remite inevitablemente a Jean-Michel Jarre. Sin él, es seguro que Air, Daft Punk, Hanz Zimmer, Moby o incluso pioneros del synth pop como Gary Numan lo hubieran tenido mucho más difícil para trascender. Porque todos aprendieron de él. El músico francés , embajador de la UNESCO desde 1993, fue un precursor del ambient, del techno pop, de la new age e incluso de la música trance. Y lo hizo combinando calidad y comercialidad. Reuniendo a más de tres millones de personas en Moscú en 1997 para entrar en el libro Guiness de los Récords. Convirtiéndose en el primer músico occidental en tocar en la China comunista, en 1981. Cerrando la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de 2024 ante ochenta mil personas. Y vendiendo más de ochenta millones de álbumes a lo largo de cinco décadas de carrera, con cumbres tan tempranas como “Oxygène” (1976) o “Equinoxe” (1978). Una auténtica leyenda viviente.