¿Qué tienen en común la salsa, el flamenco y el reggae? Fundamentalmente, que son lenguajes musicales genuinos, sin adulterar, expresión todos ellos del sentir de comunidades y pueblos tradicionalmente olvidados por los núcleos de poder. Eso es lo que comparten el legendario Gilberto Santa Rosa, emblema de la salsa, y el excepcional elenco de músicos flamencos reunidos para homenajear a su manera la música del patriarca del reggae, Bob Marley.
La veteranía es un grado para Gilberto Santa Rosa, uno de los grandes nombres mundiales de la salsa y uno de los músicos más influyentes dentro del género, si bien su producción también se amplía a los boleros o a la balada romántica. El músico puertorriqueño ha vendido más de treinta millones de discos de sus más de treinta referencias discográficas editadas en los últimos cincuenta años, desde que debutó allá por 1973. Canciones como “El último adiós”, “Conciencia”, “Conteo regresivo”, “Que alguien me diga” o “Vivir sin ella” son clásicos celebrados en todo el mundo hispanoparlante, y todas ellas son estupendas tarjetas de presentación para adentrarse en la vasta obra de este ganador de dos premios Grammy.
Israel Súarez “El Piraña” está detrás del proyecto “Flamencos saludan a Bob Marley”, estrenado el pasado año en el festival Rototom de Benicàssim con un rotundo éxito de público. Se trata de un elenco de músicos de auténtico ensueño, formado por el guitarrista Josemi Carmona, el pianista Álex Conde, la cantante Alana Sinkey, la cantaora Noemí Humanes, el bajista Josué Ronkío y el percusionista Juan Carmona Jr, con la colaboración de Kiki Morente, que fusionan el reggae con el cante jondo, en una audaz fusión de sonoridades y culturas que no tiene precedentes.