Nada menos que tres días hemos tenido al maestro Joan Manuel Serrat sobre el escenario de Noches del Botánico. Un hito de los que suceden una sola vez.
Puede que por este motivo hayamos visto pasar durante estas tres jornadas -26, 27 y 28 de junio- a miles de personas y a varias generaciones de abuelos, abuelas, madres, padres, hijos e hijas para disfrutar del espectáculo de este músico sin igual.
Es importante incidir en las palabras que empleó Serrat para introducir su espectáculo #MediterráneoDaCapo. Él nos recordaba que celebramos que hace 47 años de la publicación de su disco 'Mediterráneo', que vio la luz en 1971. Y ante la posibilidad de que quizás el 50 aniversario hubiese sido una cifra "más redonda" para animarse a festejar, el autor catalán señalaba con sentido del humor: "No estoy para esperar”.
Porque vida solo hay una y el tiempo hay que cuidarlo y mimarlo, no podemos más que agradecer a Serrat que haya querido celebrar estos 47 años en Madrid, en Noches del Botánico, tres días seguidos y ante una audiencia atenta y entregada noche a noche, bajo una imponente luna llena.
'Penélope', 'Por la libertad', 'Cantares', 'Mediterráneo'... Una a una, se iban sucediendo cada una de las célebres canciones del artista, que tenían su coro en las voces del público.
De la mano del mito de Ítaca, Serrat nos fue guiando para, como Ulises, llegar a buen puerto. Incluso aunque la travesía sea a bordo de un barquito de papel. Y aunque a veces, sea un viaje que implica toda una vida, como ha sido el caso de Raquel. Han sido necesarias varias décadas para que haya podido cumplir su sueño de ver en directo a su adorado Joan Manuel Serrat.
Trabajo, hijos, falta de tiempo o de dinero... Vicisitudes que fueron dificultando este ansiado encuentro que por fin ha podido producirse en Noches del Botánico. Hemos querido acompañarla en esta vivencia. Esta es su historia.
En la Zona Club Alhabra tuvimos para cada uno de los días actuaciones espectaculares que contribuyeron a crear una atmósfera especial previa a las actuaciones del maestro.
El martes 26 el escenario fue de Nalaya Brown, una cantante canaria con una de esas voces inmensas y trabajadas que parece no tener fin. Acompañada con un combo de músicos magistrales, interpretaron un repertorio que se movió entre el smooth jazz y ritmos más latinos.
El segundo día la música corrió a cargo del cantaor Israel Fernández y del guitarrista Jesús del Rosario. ¡Duende y arte por los cuatro costados!
Para finalizar, el jueves 28 de junio en la Zona Club Alhambra fue tomada por la voz y sensibilidad fuera de serie de Paula Bilá.
Como cada día, en este ciclo es un placer contar con un público de diez que nos acompaña cada noche. Sois parte de cada edición de Noches del Botánico... ¡Gracias!