Es difícil describir con palabras todas las sensaciones que es capaz de generar una sola persona sobre un escenario. Una sola voz, dos manos. Un piano y una guitarra, sonando indistintamente. Rufus Wainwright, el talento inagotable; la fuerza, la pasión y la suavidad.
Todo esto es lo que vivimos en su concierto del pasado 5 de julio en Noches del Botánico, donde tuvimos la fortuna de poder disfrutar de su formato más especial, íntimo y cercano. En un marco incomparable como el Real Jardín Botánico Alfonso XIII, casi podíamos tocar a Rufus. Desde luego, sí pudimos percibir y recibir toda su energía.
Un arranque salvaje, con Beauty Mark y Vibrate. Dedicatorias a los añorados Jeff Buckley o Leonard Cohen. Un guiño a la celebración del Orgullo que esa semana copaba el centro de Madrid. Críticas al presidente Trump con modelo travestida incluida. Adelantos de su nuevo disco, que se publicará en 2019.
Menciones a su segunda ópera, que estrena este otoño. Y sobre todo, mucho humor.
¡Menudo concierto! Rufus Wainwright se basta y se sobra para quitarnos el aliento.
Fotos: Jorge Fuembuena