Hoy viajamos hasta el pasado 20 de julio de 2021 para recordar el brillante paso de Jorge Drexler por el quinto aniversario de nuestro ciclo de conciertos. Dos noches especiales en las que el uruguayo logró hilar una armonía perfecta entre el público madrileño y el envolvente entorno del Jardín Botánico de la Universidad Complutense de Madrid.
Nesrine y su hijo Pablo, conocido artísticamente como pablopablo, abrieron la primera y segunda jornada, respectivamente, con las que el creador de Amar la Trama materializaba su regreso a los escenarios en la capital.
Ni las adversidades y contratiempos sufridos a causa de la pandemia pudieron impedir que Drexler se subiera a las tablas en suelo complutense pasadas las 21:30 horas. Perplejos, contemplamos como el silencio que habitaba alrededor del auditorio se disipaba rápidamente con los primeros versos de Dos Colores: Blanco y Negro. Un clásico con el que el uruguayo irrumpió en el escenario, ambas noches, de una forma íntima y solemne.
Solo, acompañado únicamente de una guitarra clásica como sostén armónico e instrumental, avanzó hasta el límite del escenario para cantarle de tú a tú a las más de 1.800 personas que se habían citado para verle por partida doble. Verso a verso, cuerpo a cuerpo… una conexión entre público y artista inédita hasta ese momento en el quinto aniversario de nuestro festival.
Tras un inicio de lo más sobrecogedor, hizo acto de presencia en el escenario Borja Barrueta, percusionista encargado de acompañarle en este formato. Caía la noche en el Jardín Botánico mientras se sucedían los éxitos del cantautor, adaptados a un estilo más cercano al folk y al pop acústico. Entre tema y tema, Drexler aprovechaba para conversar con los asistentes, lanzando proclamas cargadas de ilusión y emoción por retomar los escenarios tras el parón de su gira Silente, meses atrás.
En la segunda de las noches, Leonor Watling subió para acompañar al de Montevideo en la premonitoria Toque de queda. También lo hizo su hijo Pablo para interpretar High and Dry. Luego llegaron las míticas Sanar, Movimiento o La Trama y el Desenlace antes de que apareciera sobre el escenario la gran sorpresa de la noche: El Gospel Factory Choir.
El conjunto de voces armonizó las estrofas y estribillos de los últimos tres temas del concierto donde Drexler incluyó La Guerrilla de la Concordia, su último single presentado hasta esa fecha. Sea y la archiconocida Todo se Transforma pusieron el broche de oro a dos mágicas veladas para el recuerdo en la historia de nuestro festival.
Horas antes de su segundo recital consecutivo, Drexler compartió unos instantes con nosotros para contarnos sus sensaciones tras reencontrarse con el público y el escenario madrileño después de 16 meses. Fue contundente desde el inicio y quiso referirse a su primera velada en Noches del Botánico como uno de los conciertos más lindos de su carrera.
"Un alto grado de emoción que viene precedido de un alto grado de incertidumbre"
La primera de las dos noches de Jorge Drexler en nuestro pequeño oasis podría equipararse, en términos futbolísticos, a una de esas victorias sufridas con gol en el minuto 90’. El cantautor y los suyos se aferraron al tópico cholista del ‘partido a partido’ para acabar ganándole la batalla a la especulación y celebrar así las actuaciones con la parte del equipo que no se había visto afectada por la COVID-19.
“Fue preparar tres conciertos diferentes en 10 días, cada uno con sus arreglos, con su repertorio y con sus músicos”. Una tarea de remangarse y llenarse de oficio ante una adversidad más en los tiempos más complicados para la música en vivo. Aun así, tal y como remarcaba Drexler, el poder haber repetido el mismo formato el día anterior en Cartagena, hizo que la presentación en Noches del Botánico adquiriera un mayor grado de preparación para ellos. Un viento favorable que, unido a las ganas del público, volvió a recordarle al tres veces ganador del Grammy la suerte de poder dedicarse a esta profesión.
