Tan solo ABBA han logrado vender más discos – desde Suecia – que Roxette. Ni los Cardigans, ni Avicii, ni Ace of Base ni Europe han logrado acercarse a los descomunales registros de ventas y popularidad de Per Gessle y Marie Fredrikssen, responsables de una receta pop rock que sedujo a medio mundo durante casi treinta años, y que aún perdura sobre los escenarios en la voz de Lena Phillipson, quien ha ocupado en directo el lugar de Fredrikssen, fallecida hace cinco años.
La inagotable cantera pop sueca tiene en Roxette a uno de sus exponentes más exitosos. Ochenta millones de discos tienen la culpa. Canciones como “The Look”, “Joyride”, “Listen To Your Heart”, “It Must Have Been Love” o “Spending My Time”. Seguro que tan descomunal repercusión no entraba ni en las previsiones más optimistas de Marie Fredriksson y Per Gessle, pese a que este último había trabajado antes con Frida Lyngstad, de ABBA, en una de las canciones de su tercer disco en solitario. Ambos tenían claro que el dúo debía expresarse también en inglés, pero de lo que no tenían garantía alguna es de que sus álbumes “Joyride” (1991), “Crash! boom! bang!” (1994) o “Have a nice day” (1999) fueran a prender el entusiasmo de millones de personas en todo el planeta, incluida España, para cuyo mercado llegaron a editar el disco “Baladas en español” (1997). Tras diecisiete años de lucha contra un tumor, Marie Fredriksson falleció en 2019, y Per Gessle reclutó luego – en una arriesgada y controvertida decisión – a la vocalista Lena Phillipson para reemplazarla en giras como la que conmemora los treinta años de la publicación de “Crash! boom! bang!” (1994).