Podría haber salido de otra época. Una época muy lejana. Formar parte de un sueño. Pero no, Diana Krall es real, y su poder de convocatoria como gran estrella del jazz vocal de las últimas décadas pone de manifiesto su capacidad para hacer que las grandes enseñanzas clásicas del género transpiren en cada una de las canciones que acomete ante su piano.
El éxito global de Diana Krall obedece no solo a su extraordinaria habilidad para licuar los dictados clásicos del jazz, sino también a su pericia para colindar con estilos cercanos al pop, y revestirlo todo con el encanto y la imagen de una personalidad que parecía nacida para triunfar. 21 millones de discos vendidos en todo el mundo, tres premios Grammy y ocho Juno son datos que explican su prosperidad creativa y comercial. Influida por Nat King Cole, Bill Evans, Frank Sinatra, Sarah Vauhghan o Dinah Washington, y casi siempre en compañía del añorado productor Tommy LiPuma, la canadiense ha pulido una amplia discografía a lo largo de las últimas tres décadas, con hitos como “The Look Of Love” (2001), “The Girl In The Other Room” (2004) o “Wallflower” (2015), álbumes para el recuerdo. Su último trabajo hasta la fecha, “This Dream Of You” (2020), que toma su nombre de la versión del clásico de Bob Dylan incluido en el disco, es una nueva revisión de joyas del Gran Cancionero Americano, inagotable fuente de inspiración.